lunes, 22 de octubre de 2012
jueves, 18 de octubre de 2012
Hola chicos!! Hoy nos reunimos en el salón de conferencias para hablar sobre el trabajo de Educación Sexual. Éste proyecto incluye la creación de un blog, como el que están viendo con información variada sobre "TRASTORNOS ALIMENTICIOS". Lo realizarán en grupos de entre 5 y 6 integrantes, donde cada uno cumplirá un rol específico, desde el responsable de la creación de la cuenta para poder hacer el blog, hasta los que esten indicados para buscar la información pertinente y realizar los textos explicativos-expositivos para luego publicarlos,los que seleccionen las imágenes, etc..
PRESTEN ATENCIÓN, SEAN RESPONSABLES....Y A TRABAJAR!!!
sábado, 6 de noviembre de 2010
Juan Rulfo

Juan Rulfo
Biografía
Juan Rulfo nace el 16 de mayo de 1917 en Apulco, localidad cercana a San Gabriel, Jalisco ( México ), en una familia acomodada, que perdió todo durante la Revolución.
En 1923 el padre de Juan Rulfo muere asesinado.
El cura Irineo Monroy, en 1926, traslada su biblioteca a la casa de la madre de Juan Rulfo, donde Juan comienza a leerla.
En 1927, Juan Rulfo y su hermano Severiano son enviados a un internado en Guadalajara para continuar sus estudios.
A finales de ese año muere María, la madre de Juan Rulfo.
En 1932, Juan Rulfo abandona el internado.
En 1933, continúa sus estudios en Guadalajara, en un seminario, y viaja por primera vez a la ciudad de México.
En 1936, hace el intento de estudiar Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, y luego en la Facultad de Filosofía y Letras, sin conseguirlo.
Acude como oyente a algunas clases.
Inicia su trabajo en la Secretaría de Gobernación.
Allí conoce al escritor Efrén Hernández.
A partir de este momento se sabe de la actividad literaria de Rulfo, que es seguida muy de cerca por Hernández.
En 1940, Efrén Hernández lleva a la revista Romance, dirigida por Juan Rejano, algunos fragmentos de la novela "El hijo del desaliento", de Juan Rulfo.
No se publican entonces, y sólo sobrevive de esta obra el fragmento que lleva el título de "Un pedazo de noche".
En 1943, escribe el cuento "La vida no es muy seria en sus cosas".
En 1945, publica un cuento por primera vez "La vida no es muy seria en sus cosas", en el número 40, del mes de junio, de la revista "América".
También en la revista "Pan", de Guadalajara, en este mismo año pero posteriormente, publica los cuentos "Nos han dado la tierra" (número 2, julio) y "Macario" (número 6, noviembre).
En 1946 se radica, desde mediados de este año, en la ciudad de México, trabajando en las oficinas de la empresa Goodrich Euzkadi.
En realidad, "la idea de la ciudad" nunca es de su agrado, ni lo ve como objetivo, se instala en ella buscando una forma de vida.
En 1947 presenta, en marzo, "Es que somos muy pobres" a un editor, quien lo rechaza porque "lo encontraron subido de color", como dice en una carta a su novia Clara Aparicio.
En una carta a Clara del 1 de junio menciona, por primera vez, que está intentando escribir "algo" que se llamará "Una estrella junto a la luna", que se convertirá en la novela Pedro Páramo.
En estos mismos días escribe en sus cartas a Clara sobre su actividad como fotógrafo.
Se queja igualmente de que gasta mucho comprando libros.
Asiste a conciertos de la Orquesta Sinfónica y funciones de ballet, así como al cine.
Se publica "Es que somos muy pobres" en la revista América (número 54, agosto).
Hace frecuentes excursiones a los volcanes cercanos a la ciudad de México.
Intenta trabajar en la industria del cine.
En 1948, en enero se transmiten por radio algunos fragmentos de "La Cuesta de las Comadres", que luego se publica en "América" (número 55, febrero).
En abril contrae matrimonio con Clara Aparicio Reyes.
A finales de este año comienza a viajar como vendedor de la fábrica de neumáticos Goodrich Euzkadi.
Como agente viajero descubre una veta de experiencias en los pueblos, la que será fundamental en su obra literaria.
Sus viajes por diversas zonas de México le permitieron entrar en contacto con etnias apartadas que aún resguardaban sus tradiciones.
En 1949 publica por primera vez, en la revista América, fotografías (11 imágenes) suyas (número 59, febrero).
En 1950, menciona en una carta de noviembre la preparación de un artículo, con fotografías suyas, sobre Castillo de Teayo, para su posible publicación (este artículo ilustrado aparecerá publicado en este año 2001).
Aparece la guía "Caminos de México", ilustrada con algunas fotografías suyas.
Publica en "América" los cuentos "Talpa" (número 62, enero) y "El Llano en llamas" (número 64, diciembre).
En 1951, publica en "América" el cuento "Diles que no me maten" (número 66, agosto).
En 1952, aparece como director del número de enero de la revista "Mapa".
En este número publica el artículo ilustrado (con sus fotografías) "Metztitlán", bajo el seudónimo de Juan de la Cosa.
Inicia su primer período como becario (1952-53) del Centro Mexicano de Escritores.
En 1953, publica "El Llano en llamas" en el Fondo de Cultura Económica, con 15 cuentos, a los que incorporará posteriormente "La herencia de Matilde Arcángel", aparecido en revista en 1955 y, con cambios, en el volumen de cuentos en 1970, así como "El día del derrumbe", aparecido en revista también en 1955 e incorporado al libro de cuentos en el mismo 1970.
Inicia su segundo período como becario (1953-54) del Centro Mexicano de Escritores.
En 1954, entrega al Centro Mexicano de Escritores, hacia julio-agosto, una copia mecanográfica, con unas pocas correcciones a mano, de la novela que en este momento lleva el título de Los murmullos.
Entrega al Fondo de Cultura Económica, a finales de septiembre, el original mecanográfico de la novela que ahora lleva el título de Pedro Páramo, con correcciones a mano más abundantes que las efectuadas en la copia entregada previamente al Centro.
En este mismo año, en tres revistas diferentes ("Letras Patrias", enero-marzo; "Revista de la Universidad", junio; y "Dintel", septiembre), publica diversos pasajes, en orden sucesivo (inicial, uno intermedio, y final), de la novela.
En 1955, publica "Pedro Páramo" en el Fondo de Cultura Económica.
Comienza a trabajar en la Comisión del Papaloapan.
En 1956 hace, por encargo, una serie de fotografías de los patios de ferrocarril de Nonoalco-Tlatelolco.
En 1957, recibe el Premio Xavier Villaurrutia por Pedro Páramo.
Es la primera vez que se entrega este galardón.
En 1958 se traduce Pedro Páramo al alemán (primera a cualquier lengua), por Mariana Frenk.
A partir de esta versión se suceden sin interrupción las traducciones de la obra de Juan Rulfo a los idiomas más diversos.
En 1959, realiza, con Antonio Reynoso, el cortometraje "El despojo", filmado en el estado de Hidalgo.
En 1960, la familia Rulfo se traslada a Guadalajara.
Juan Rulfo trabaja en una empresa de televisión y prepara un libro sobre la historia de la conquista de Jalisco, como parte de una serie que esta empresa proyectaba publicar.
En 1962, la familia Rulfo se establece nuevamente en la ciudad de México.
Juan Rulfo comienza a trabajar para el Instituto Nacional Indigenista.
En 1964, se estrena la película "El gallo de oro", dirigida por Roberto Gavaldón, sobre una historia escrita por Rulfo.
Se filma "La fórmula secreta", dirigida por Rubén Gámez con un texto de Juan Rulfo.
En 1970 recibe el Premio Nacional de Literatura.
En 1980 Homenaje Nacional dedicado a Juan Rulfo.
Se realiza un acto en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes; se inaugura una exposición con su obra fotográfica y se presenta el libro-catálogo de la misma: Homenaje Nacional.
Se publica "El gallo de oro".
En 1981 se publica el libro de fotografías "Inframundo", con una selección muy parecida a la del libro-catálogo anterior.
En 1983 recibe el Premio Príncipe de Asturias.
En 1986 fallece en su casa de la ciudad de México el 7 de enero.
Su obra literaria muestra la vida del México rural con su atraso, sus miserias con una mezcla de mitos, obsesiones y fantasmas del caciquismo mexicano.
Es uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX, que pertenecieron al movimiento literario denominado "realismo mágico", y en sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía, cuya acción se desarrolla en escenarios y personajes que reflejan el tipismo del lugar, con sus grandes problemáticas socio-culturales entretejidas con el mundo fantástico.
Pero lo que, en última instancia, le preocupa a Rulfo es la exploración de algo intrínsecamente mexicano; pero también cabe sugerir que en su obra lo mexicano funciona como una metáfora de la condición del hombre en general.
Juan Rulfo dejó también un legado fotográfico de aproximadamente seis mil negativos, este material se encuentra en proceso de clasificación, por ello algunas fotografías no cuentan aún con una ldentificación definitiva.
lunes, 18 de octubre de 2010
Grandes bibliotecas digitales y virtuales del mundo
Las bibliotecas más prestigiosas del mundo tienen su correlato en el mundo digital, donde los formatos impresos se presentan junto a otros multimedia -como audio o video- que los complementan, y que están asociados a otro modo de producción, organización, distribución y apropiación de la información. Sin embargo, lo que habitualmente llamamos bibliotecas digitales se distinguen de las virtuales, que abren un nuevo mundo de servicios en línea, adaptados a las demandas de los usuarios.
En un principio fueron las bibliotecas electrónicas, que permitieron acceder a la información en formato digital, con todas las ventajas que esto supuso en el acceso pero sin desarrollar otras potencialidades de lo virtual. Las bibliotecas digitales o virtuales, entendidas como un entorno fueron un desarrollo bastante posterior, y llegaron de la mano de proyectos que buscaron reunir colecciones de libros, servicios y personal especializado.
En esta nota recorremos la evolución de las bibliotecas digitales, a la luz de algunos casos paradigmáticos; y comentamos algunas de las principales modificaciones que éstas introducen en los distintos momentos de la gestión del conocimiento: la organización, comunicación o difusión, almacenamiento, búsqueda, filtrado o selección, y reutilización de la información.
De la posesión al acceso a la información
El soporte digital proporciona un complemento a otros modos tradicionales de preservación y difusión de la información, cumpliendo una función de almacenamiento o de conservación del conocimiento nada desdeñable frente a la masa de producción editorial de hoy en día. Un estudioso de estos temas, José Antonio Millán, señalaba hace ya unos años que “el texto digital, esa materia extraordinariamente fluida, puede viajar por todo el mundo, tiene un coste de duplicación prácticamente de cero y además permite una asombrosa adaptación al lector”.
Sin embargo, el concepto de biblioteca digital o virtual –por el momento, los tomaremos como sinónimos- incluye una valor añadido: amplía la capacidad de búsqueda y recuperación de la información. De aquí se deriva la importancia de los llamados metadatos –o datos sobre los datos- para facilitar el acceso a la información. El problema que antes estaba en la posesión de la información se ha desplazado al acceso a la misma y al diseño de mejores sistemas de gestión de los recursos digitales.
Bibliotecas digitales y bibliotecas virtuales
Como un buen ejemplo de las bibliotecas digitales pueden mencionarse la galería online de la Biblioteca Británica, que cuenta con recursos multimedia disponibles sólo en el formato web, como la libreta de anotaciones de Leonardo y el diario musical de Mozart. En este sentido, pueden interpretarse también proyectos como el de Google y Yahoo, de conformar una biblioteca digital, o más recientemente el de la Biblioteca Nacional de Francia, que curiosamente han centrado el debate de los medios y de los especialistas en la amenaza que supone la digitalización para los derechos de autor, desplazando por ejemplo el tema de los nuevos servicios que puede brindar una biblioteca virtual.
Aunque hay que hacer algunas salvedades: la reciente compra del sitio Del.icio.us por parte de Yahoo! es un buen ejemplo para ver cómo el futuro de la web –y de las bibliotecas virtuales- va a depender cada vez más del crecimiento de las redes sociales y la participación de los usuarios en la creación y el manejo de los contenidos.
Ahora bien, la incorporación de recursos en varios formatos, actualizados periódicamente, no necesariamente incluye la incorporación de nuevos servicios, en los que el elemento humano -por llamarlo de alguna manera- intervenga de modo directo y simultáneo. Es en este punto donde se torna útil señalar algunos matices entre el concepto de biblioteca digital y el de biblioteca virtual.
Ateniéndonos a las definiciones que proporciona ODLIS, la versión online del diccionario especializado en bibliotecología y ciencias de la información, de Joan M. Reitz, una biblioteca virtual contiene colecciones que no están impresas o de modo tangible, pero sobretodo se caracteriza porque brinda servicios sólo en línea, como la Biblioteca Virtual de Colorado en Estados Unidos. En estos casos es más patente la existencia de esa cuarta pared, que propicia la inmersión del usuario en el espacio virtual, creándole la ilusión de que está dentro de una biblioteca.
El derecho propio de lo virtual
Contra la idea de que el contenido o la información serán los mismos, sin importar el formato en el que se encuentren, la noción de biblioteca virtual parte del reconocimiento de las limitaciones y potencialidades propias del entorno digital. Incorpora servicios en los que interviene el elemento humano de modo simultáneo, y aprovecha la respuesta de los usuarios para organizar la información.
El carácter abierto de la biblioteca virtual, que se ha conectado a la red y se ha desligado definitivamente de su modelo físico –aunque lo virtual tiene su propia materialidad física-, viene a coronar una evolución histórica. En esta línea, pueden interpretarse también las articulaciones entre los recursos de una biblioteca y otros eventos de la cultura, de lo que es un buen ejemplo la red de bibliotecas municipales de Barcelona, que integra a las bibliotecas en el circuito cultural de la ciudad.
Cabe esperar que herramientas de investigación sobre las prácticas culturales, como el Sistema Nacional de Consumos Culturales -SNCC-, recientemente creado en nuestro país, proporcionen los insumos necesarios para la formulación de políticas locales que articulen a largo plazo las diversas prácticas culturales.
En un principio fueron las bibliotecas electrónicas, que permitieron acceder a la información en formato digital, con todas las ventajas que esto supuso en el acceso pero sin desarrollar otras potencialidades de lo virtual. Las bibliotecas digitales o virtuales, entendidas como un entorno fueron un desarrollo bastante posterior, y llegaron de la mano de proyectos que buscaron reunir colecciones de libros, servicios y personal especializado.
En esta nota recorremos la evolución de las bibliotecas digitales, a la luz de algunos casos paradigmáticos; y comentamos algunas de las principales modificaciones que éstas introducen en los distintos momentos de la gestión del conocimiento: la organización, comunicación o difusión, almacenamiento, búsqueda, filtrado o selección, y reutilización de la información.
De la posesión al acceso a la información
El soporte digital proporciona un complemento a otros modos tradicionales de preservación y difusión de la información, cumpliendo una función de almacenamiento o de conservación del conocimiento nada desdeñable frente a la masa de producción editorial de hoy en día. Un estudioso de estos temas, José Antonio Millán, señalaba hace ya unos años que “el texto digital, esa materia extraordinariamente fluida, puede viajar por todo el mundo, tiene un coste de duplicación prácticamente de cero y además permite una asombrosa adaptación al lector”.
Sin embargo, el concepto de biblioteca digital o virtual –por el momento, los tomaremos como sinónimos- incluye una valor añadido: amplía la capacidad de búsqueda y recuperación de la información. De aquí se deriva la importancia de los llamados metadatos –o datos sobre los datos- para facilitar el acceso a la información. El problema que antes estaba en la posesión de la información se ha desplazado al acceso a la misma y al diseño de mejores sistemas de gestión de los recursos digitales.
Bibliotecas digitales y bibliotecas virtuales
Como un buen ejemplo de las bibliotecas digitales pueden mencionarse la galería online de la Biblioteca Británica, que cuenta con recursos multimedia disponibles sólo en el formato web, como la libreta de anotaciones de Leonardo y el diario musical de Mozart. En este sentido, pueden interpretarse también proyectos como el de Google y Yahoo, de conformar una biblioteca digital, o más recientemente el de la Biblioteca Nacional de Francia, que curiosamente han centrado el debate de los medios y de los especialistas en la amenaza que supone la digitalización para los derechos de autor, desplazando por ejemplo el tema de los nuevos servicios que puede brindar una biblioteca virtual.
Aunque hay que hacer algunas salvedades: la reciente compra del sitio Del.icio.us por parte de Yahoo! es un buen ejemplo para ver cómo el futuro de la web –y de las bibliotecas virtuales- va a depender cada vez más del crecimiento de las redes sociales y la participación de los usuarios en la creación y el manejo de los contenidos.
Ahora bien, la incorporación de recursos en varios formatos, actualizados periódicamente, no necesariamente incluye la incorporación de nuevos servicios, en los que el elemento humano -por llamarlo de alguna manera- intervenga de modo directo y simultáneo. Es en este punto donde se torna útil señalar algunos matices entre el concepto de biblioteca digital y el de biblioteca virtual.
Ateniéndonos a las definiciones que proporciona ODLIS, la versión online del diccionario especializado en bibliotecología y ciencias de la información, de Joan M. Reitz, una biblioteca virtual contiene colecciones que no están impresas o de modo tangible, pero sobretodo se caracteriza porque brinda servicios sólo en línea, como la Biblioteca Virtual de Colorado en Estados Unidos. En estos casos es más patente la existencia de esa cuarta pared, que propicia la inmersión del usuario en el espacio virtual, creándole la ilusión de que está dentro de una biblioteca.
El derecho propio de lo virtual
Contra la idea de que el contenido o la información serán los mismos, sin importar el formato en el que se encuentren, la noción de biblioteca virtual parte del reconocimiento de las limitaciones y potencialidades propias del entorno digital. Incorpora servicios en los que interviene el elemento humano de modo simultáneo, y aprovecha la respuesta de los usuarios para organizar la información.
El carácter abierto de la biblioteca virtual, que se ha conectado a la red y se ha desligado definitivamente de su modelo físico –aunque lo virtual tiene su propia materialidad física-, viene a coronar una evolución histórica. En esta línea, pueden interpretarse también las articulaciones entre los recursos de una biblioteca y otros eventos de la cultura, de lo que es un buen ejemplo la red de bibliotecas municipales de Barcelona, que integra a las bibliotecas en el circuito cultural de la ciudad.
Cabe esperar que herramientas de investigación sobre las prácticas culturales, como el Sistema Nacional de Consumos Culturales -SNCC-, recientemente creado en nuestro país, proporcionen los insumos necesarios para la formulación de políticas locales que articulen a largo plazo las diversas prácticas culturales.
martes, 31 de agosto de 2010
Concepto de foro
En Internet, un foro, también conocido como foro de mensajes, foro de opinión, foro de discusión o foro de debate, es una aplicación web que da soporte a discusiones u opiniones en línea.
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